#70 Nunca aceptes una tarjeta de crédito que no pediste


Es un sábado cualquiera y estás cómodamente sentado viendo la tele. Suena el timbre y al abrir la puerta te encuentras con una persona que te nombra como ganador de una tarjeta de manera automática, por ser cliente preferente o por tu excelente perfil de usuario.

No aceptes esa tarjeta. Ni siquiera firmes el cargo de recepción. Hacerlo significará para ti que todo aquello que se saltó en el proceso de aprobación de esa tarjeta te será cargado y traducido en límites, tasas de interés elevadas, restricciones, imprecisiones y sorpresas desagradables, pues nunca tuviste oportunidad de leer el contrato.

Incluso firmar el cargo de recepción y sepultar la tarjeta en lo más profundo de tu cajón no evitará que eso sea considerado como aceptación en algunas empresas, que de manera desleal activan esa tarjeta, generando gastos de inmediato, sin que tú la hayas siquiera usado.

YTDQN!

Imagen: MyBlackberry

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